En este artículo, te explicamos qué es el diseño gráfico y cómo puede ayudarte a transmitir una imagen profesional y diferenciadora de tu empresa o negocio.
Definición de diseño gráfico
Si le preguntamos a Google qué es el diseño gráfico, nos ofrece esta definición: “Actividad creativa y técnica que consiste en transmitir ideas por medio de imágenes, en especial en libros, carteles y folletos.”
Es una buena definición, pero yo llevaría el diseño gráfico un paso más allá, porque en la práctica, el diseño gráfico es la disciplina de poner bonitos todos los materiales con los que convivimos en el día a día.
¿Cualquiera puede realizar un diseño?
Hay gente con gusto, hay gente con estilo, hay gente con “ojo” para los colores… pero además de eso, hay una serie de conocimientos técnicos que hay que saber y que son imprescindibles para realizar un buen diseño gráfico.
Por ejemplo, es básico conocer el uso del color y de las tipografías, los distintos tipos de impresión, conceptos compositivos para saber distribuir los elementos de una pieza de forma equilibrada… Y, además, es necesario dominar los programas informáticos necesarios para realizar el trabajo.
¿Hace falta un profesional?
Por todos los motivos anteriores, la respuesta es un rotundo SÍ. Igual que la televisión la arregla un técnico, el diseñador gráfico es la persona idónea a la que encargarle el diseño de un logotipo o de la imagen de una empresa.
Hoy en día la imagen lo es todo y es básico proyectar una imagen potente, armónica y diferenciadora, para destacar entre el resto de empresas.
Lógicamente, tener un imagen muy buena no es sinónimo de éxito, pero si una empresa se muestra de la forma adecuada hacia el exterior, llamará más la atención y los clientes tendrán una mejor impresión de ella y confiarán más en sus productos y sus servicios.
Logos desastrosos, imagen de empresa desastrosa
Por el contrario, una mala imagen o un mal logotipo pueden echar a perder la marca a la que representa. Como podemos ver en estos ejemplos de lo que no hay que hacer:
Y es que muchas veces, cuando se arranca un proyecto empresarial o un negocio, se dedica mucho esfuerzo a muchas facetas de la empresa (la decoración, el mobiliario, los papeleos, las licencias…), pero cuando toca pensar en el nombre comercial y el logotipo… se cogen las siglas del socio o los socios para el nombre… y el logo lo hace cualquiera en PowerPoint porque no se quiere pagar. Cuando en realidad tanto el nombre como el logotipo son una de las partes más importantes de la imagen de la empresa.
¿Cómo se diseña un buen logo?
La base de un buen logo es un buen “briefing”. El briefing es el documento en el que se recoge la información imprescindible para realizar un trabajo: descripción de la empresa, público al que se dirige, objetivo del logo, estilo orientativo, limitaciones (si las hay)… Este documento será la guía básica de trabajo del diseñador: le ayudará a plasmar lo que quiere el cliente y le permitirá realizar su trabajo de la forma más eficiente posible.
¿Qué otras piezas de diseño gráfico son imprescindibles en una empresa hoy en día?
Un buen logo es solo la punta del iceberg del diseño gráfico empresarial. Es básico disponer de otras piezas de diseño gráfico, como:
- Un nombre adecuado
- Elementos de papelería y tarjetas de visita que muestren todo el potencial de la empresa y estén bien impresas y diseñadas. (No, no vale hacerlas en el metro en el último momento, o tirar de la excusa de siempre… “Uyyyyy me las he olvidado”. No cuela. No es profesional)
- Una presentación de la empresa o negocio, en formato PowerPoint o PDF, bien diseñada, moderna, que transmita la imagen de la empresa de forma profesional y con los productos o servicios bien explicados y fotografiados (tampoco valen las fotos del móvil)
- Una página web moderna y profesional, con un diseño que, de nuevo, transmita una imagen sólida y cercana de la empresa
- Ilustraciones para las redes sociales, que ayuden a transmitir el mensaje y a diferenciarse de la competencia. Cualquier empresa puede crear un «universo» propio con ilustraciones, pues son muy versátiles. Además, están muy de moda.
Al final, se trata de que las empresas se centren en lo que saben: vender, y dejen que el diseñador gráfico profesional les ayude a vender más y mejor.
Lógicamente, contar con un profesional tiene un precio. Pero el buen diseño es barato. Mucho más caro es no vender.